lunes, 18 de noviembre de 2013

Libertadora.

 
<<Tú que calmas a las bestias.
Tú que adormeces mi ira.
Tú que te apoderas de mis fuerzas y no las malgastas.>>


Te debo tantas cosas, tantos vítores y gritos por controlar mi maldad y mi nerviosismo, tú que me controlas cuando soy un renegado de mi mismo, cuando me atas en mis momentos malos, perdidos por una fuerza extraña y maligna que lo único que quiere es causar el caos y destrozar todo lo que encuentre a mi alrededor, romper con todo y sumir a cenizas hasta el más mínimo gramo de polvo, tú que controlas que la madera no se astille de la misma manera que lo haría si explotase una bomba a su lado. Tú que consigues que no corra sangre, dolor, gritos, llantos y lamentos.
Te debo tanto.



En miles de ocasiones he tenido la sensación de que me envolvía en sus fauces y me devoraba, y todo lo que me rodeara fuera mi enemigo, aunque fuera un simple zapato, notaba como tenía que acabar con él, destrozarlo, cogerlo y estamparlo contra lo primero que viera, porque de ahí manaba mi inquietud y mi angustia.
Y ahora que recuerdo aquellos altercados, ahora que noto su voz alentándome en que la siga, en que escuche su llamada, tú, me vuelves a calmar y me libras.


''Y por eso, la maldigo a ella, tanto como te maldigo a ti.
¿Y sabes por qué?, porque por más que me salves y me des valentía,
voy a seguir sintiéndome dependiente de ti.''
 
 

miércoles, 16 de octubre de 2013

Mi nuevo yo.

Cuantos muros salté y en cuantos de ellos me tropecé...
Cuantas críticas recibí y en cuantas de ellas  me hundí...
Cuantas ridiculizaciones llegue a soportar...
Cuantas mareas de dudas, tormentos, falsedades tuve que aguantar sobre mis flojas piernas...
Cuantas veces habré tenido que bajar la cabeza, derrotado...
Cuantas veces he cerrado los ojos para no ver...
Cuantas veces me he encerrado y me he escondido, para ocultarme de la sociedad...


   A día de hoy soy lo que antes hubiera querido ser. Tener esa fuerza de voluntad en mi mismo, poder decir que aquí estoy yo y nada ni nadie puede hacerme titubear. Que lucharé en mil batallas y todas ellas, gane o pierda, me iré con la cabeza bien alta y con el orgullo de haber dado lo mejor posible de mi. Que día a día piense en superarme, en vivir más, en dejar de hacer que los sueños sean eso... '' simples sueños"  y, empezar a cumplirlos, para que de una de vez por todas, pueda mirar al pasado y poder decir: "Aquel era yo, indefenso, con miles de sueños que quería cumplir y no podía, y ahora, este es mi nuevo yo, con miles de sueños cumplidos y con una larga lista para todos los años que me quedan."

   Porque como he dicho, he cambiado. Ya no me dejo guiar por las opiniones que los demás puedan tener acerca de mi; ya no cierro los ojos; ya no bajo la cabeza, derrotado; mis piernas no flaquean; y si me tropiezo, me levanto con más ganas.
 
 
Y ahora, sociedad,
muestra que tienes cojones y lánzate con todo lo que tengas a por mi,
porque yo ya te aseguro que no voy a caer.